Últimamente aparecen muchos casos de perros de razas sensibles e inteligentes (border collie, labrador, jack Russell, pastor belga…), ya sea por moda o por su “facilidad” para el aprendizaje y adiestramiento, con graves problemas de comportamiento y conducta. Las respuestas nerviosas que pueden generar inseguridad, respuestas miedosas e incluso problemas más severos como agresiones, suelen ser el comienzo de” algo”, que como responsables de nuestros perros, no nos gusta que ocurran, es más, en ocasiones nos avergüenzan y nos hacen bajar la cabeza cuando salimos de paseo.
Estas respuestas vienen asociadas con emociones muchas veces inventadas por el cerebro. El cerebro nos juega malas pasadas y nos hace rellenar huecos vacios en las situaciones que no podemos controlar (eso se llama estrés). Estas emociones que son más consistentes con el paso del tiempo, es frecuente que se refuercen y aparezcan procesos de “autorecompensa” por ese estado emocional: el tener miedo genera más miedo por sí mismo, sin que haya más estímulos externos. Un buen ejemplo seria lo que ocurre cuando suena el timbre de la puerta y a ver que el reloj marca las 2, respondemos por el microfonillo sin apenas plantearnos nada. En ese caso la autorrecompensa puede ser la expectativa de algo bueno, como la llegada de un cheque o la entrega de una mercancía. Pero el problema aparece cuando nos damos cuenta que son las 2 de la madrugada y es cuando comenzamos a inventar situaciones, normalmente negativas. Aquí el refuerzo seria esconderse detrás del sofá y llamar a la policía¡¡¡Problema resuelto. La verdad de todo este supuesto es que algún miembro de la familia se había olvidado las llaves. Ahora que lo sabes…¿sería esa reacción la más adecuada a la situación?
Cuando esto sucede la asociación no puede ser castigada ni ignorada sin más y además será frecuente que se empiece a asociar otras cosas a ese miedo.Eso mismo sucede con los perros, ante una situación conocida o desconocida, siempre aparecen los recuerdos o experiencias asociadas a ese momento, incluso un olor puede despertarlas. Todos recordamos(los que somos un poquito más “antiguos”) el olor de las bolitas de naftalina o de lavanda, que las abuelas ponían en los armarios. RECUERDOS….
Los perros son maestros en las asociaciones con lo que les rodea y por ello es imprescindible, para la calidad de vida de un perro estar preparado para gestionar correctamente las situaciones negativas del día a día o tendremos una mala gestión del estrés, tendencia a la inconsistencia de las conductas, inseguridad e infelicidad del perro.
En este caso recomendamos lo siguiente:
No les sobre motivemos, no les ignoremos ni superprotegamos, simplemente comencemos a dejarlos ser un poco perros y les haremos una vida más fácil. Observemos sus reacciones, y detengámonos a pensar por un momento lo que pensaría un perro. En ocasiones el problema, simplemente lo creamos nosotros. Aunque hemos mencionado algunas razas concretas, esto debería aplicarse a todas las razas y cruces.
En mi opinión una buena educación debe estar basada en conseguir que el perro pueda acceder a un estado emocional positivo más que evitar los estímulos negativos, y lo más importante; debemos saber cómo introducir elementos discretamente negativos, para enseñar al perro que se pueden superar, sin esto no le estaremos preparando para tener una calidad de vida óptima. Pero como siempre decimos nuestras palabras no son ley.